jueves, 1 de marzo de 2018

BÁLSAMO LIMPIADOR

¡¡Hola a tod@s!!

Tenía muchas ganas de volver por aquí a enseñaros algo que llevo usando desde principios de año y que me tiene loca, loquita, loca 💓

Se trata de un bálsamo limpiador y que estoy utilizando en sustitución del aceite desmaqulllante que tan buenos resultados me ha dado siempre. 

A finales del año pasado me encontré con un artículo en una revista de moda y belleza donde hablaba de los beneficios y ventajas del uso de los bálsamos limpiadores frente a las cremas desmaquillantes. Ya sabéis que soy muy fan de los tratamientos de belleza en formato aceite, así que esto me llamó la atención a pesar de que no se trataba de productos específicamente de cosmética natural. Me gustó mucho la descripción del producto, pero acabé con mi gozo en un pozo cuando al echarle un ojo a los principales ingredientes me encontré a la cabeza del INCI con mi detestado paraffinum liquidum.

Así que como no me iba a quedar con las ganas, me he atrevido a formular un bálsamo limpiador que en esencia tendrá la misma función y en la práctica será más beneficioso para nuestra piel, y así nos quedamos más tranquilas. 

Este bálsamo limpia en profundidad y elimina de forma eficaz todo el maquillaje, incluso el resistente al agua. La mezcla de aceites esenciales que he elegido (lavanda, bergamota y eucalipto) ayuda a descongestionar, relajar y calmar la piel. 

La manteca de karité calma, alivia la piel congestionada, la hidrata y nutre en profundidad. El aceite de ricino es un maravilloso limpiador de la piel, que disuelve el maquillaje y ayuda a dispersarlo. El aceite de aguacate es reafirmante, protector y proporciona confort y elasticidad a la piel, regenerándola, reestructurándola y combatiendo los signos de envejecimiento. El aceite de almendras dulces es emoliente, nutre la piel y la protege de la desecación 



El método de utilización es muy sencillo: Cogemos una pizquita de producto con los dedos o con una espátula, y lo extendemos sobre la piel y pestañas, haciendo movimientos circulares. Así, el producto va a penetrar en profundidad mientras activamos la circulación. Vamos a notar como la textura empieza a cambiar y el bálsamo, por efecto de la temperatura de la piel, se va a fundir y se transforma en aceite. Vamos a ver también como el maquillaje se va disolviendo y mezclando con el bálsamo. A continuación procedemos a retirarlo con una muselina mojada en agua templada. Así, hacemos un dos en uno: limpiamos y exfoliamos suavemente la piel. 

Y ya sólo tenemos que terminar con un poco de agua termal, agua de rosas o de azahar, y tendremos la piel limpita y preparada para el descanso. A mi, personalmente, me gusta terminar con agua y jabón, pero es cuestión de gustos.

Os animo a probarlo, porque os va a encantar. ¡¡Palabra burbujera!!

¡¡Hasta muy pronto!!